«La Wicca no es ninguna genialidad moderna, es seguir el proceso natural de la vida»

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Cuando le pregunto qué era antes de ser wiccano él me responde que “era un niño”. Firme en sus convicciones desde tan joven que apenas recuerda otra cosa (más allá de algún deje cristiano impuesto por la sociedad en la época del colegio), él es Fernando González, encargado de que la Wicca de tradición Celtíbera sea tratada como una religión oficial dentro del ámbito legal en España.

No son muchos, poco más de 200 miembros consagrados en nuestro país, pero tienen las ideas muy claras, sobre todo porque el ritual de iniciación para ser wiccano es largo, estricto y con una duración determinada: un año y un día. La convicción debe ser pura y real. Además, una vez bien asentadas las bases del pensamiento wiccano, puede accederse a diferentes rangos de sacerdocio: 6 años para ser sacerdote, 12 para sumo sacerdote.

A diferencia de otras religiones, la Wicca no busca atraer miembros, todo lo contrario, sólo creencias firmes y mentes abiertas y predispuestas al aprendizaje continuo y a una base cultural sólida.
González quiere dar mayor visibilidad a su religión, relacionada erróneamente y por cuestiones de ignorancia con la magia negra o el satanismo, y hacer ver que no se tratan de “nuevas invenciones” sino de creencias y rituales paganos que ya estaban muy vivos antes, incluso, de la expansión del cristianismo.


Fernando González, sumo sacerdote wiccano.

Verónica Otxandio: ¿Qué eras antes de ser wiccano y cómo decide una persona adentrarse dentro de la religión Wicca y formar la congregación en España?

Fernando González: Antes de ser wiccano… era un niño. Me inicié en la brujería tradicional ibérica cuando era muy joven y no tengo otra conciencia religiosa, salvo los dejes cristianos que puedes aprender en la infancia por haber estudiado en colegios de curas, católicos.

La Wicca es un camino largo, no es un camino que se pueda recorrer en poquito tiempo. Si se lo toma uno en serio tiene que durar por lo menos toda una vida o más.

Las circunstancias te las va dando el tiempo. El tiempo te lleva a los contactos y personas adecuadas y a partir de ahí te inicias. En mi caso, me inicié en un culto que marginal, porque en aquel tiempo no estaba todavía legalizado y era marginal socialmente.

V.O: ¿Cuál es el perfil de los wiccanos en España?

F.G: No hay una profesión, una orientación o un sexo determinado. Se suele decir que en general suelen ser más mujeres que hombres y no es así, hay de todo. Lo que pasa es que durante mucho tiempo los hombres desconocían lo que era la Wicca y entendían que era un culto que se ceñía más o exclusivamente a las mujeres, pero cuando van descubriendo poco a poco que no es así, comienzan a formar parte. De hecho, en nuestro culto, creo que si no estamos a la par, quizás haya más hombres que mujeres. 

Y por supuesto de profesiones variopintas: enfermeros, doctores, psicólogos, miembros de cuerpos de seguridad del estado… no hay una profesión concreta que defina a un wiccano.

V.O: ¿Cuántos sois en vuestra congregación?

F.G: Muy poquitos, muy poquitos. Que tengamos así una constancia, unos 200. Estamos hablando de creyentes, iniciados, personas afines a nuestro culto, ya dentro del culto o creyentes cercanos al culto. 

No tenemos una cantidad de personas muy amplia porque es un hándicap que siempre vamos a tener. Y es que nosotros no hacemos proselitismo, nuestro culto no busca que entre más gente, al contrario. Solemos ser muy exigentes a la hora de aceptar un nuevo miembro y poner muchas trabas.

V.O: ¿Existen grados dentro del culto Wicca?

F.G: Sí, evidentemente tenemos nuestras fases. Una vez que inicias tienes que pasar un periodo determinado. Para iniciarte tienes que pasar un mínimo estipulado en un ciclo, que sería un año y un día, que es lo que nosotros estipulamos como un ciclo mínimo para que esta persona pueda iniciarse.

A partir de ahí si es iniciada tendría un periodo donde podría seguir evolucionando hasta el sacerdocio, de 6 años, y si quiere pasar al siguiente grado que sería el sumo sacerdocio tendría que estar otros 12 años.  Una vez terminado el proceso, y afortunadamente son un mínimo de 19 años, ya se podría considerar un sumo sacerdote dentro de la tradición, que es el grado más alto que tenemos.

Es muy amplio, en otras tradiciones Wicca es mucho menor, pero nosotros siempre hemos considerado que la experiencia, la responsabilidad que necesita un sacerdote exige unas experiencias, un conocimiento que, claro, no se puede conseguir en poco tiempo.

V.O: ¿En qué consiste el rito de iniciación para ser wiccano?

F.G: El rito de iniciación es un culto hermético, mistérico e iniciático, y por lo tanto tiene sus propios ritos y fórmulas de iniciación y de paso a los siguientes grados, a través de unos rituales bien marcados que se ciñen al carácter hermético y no transcienden a nivel público.

V.O: Háblame de las celebraciones, tengo entendido que celebráis 8 festividades.

F.G: Sí, las principales son 8, juntando con las lunaciones. Es un calendario festivo, litúrgico, de muchísimos años de antigüedad. Nos estamos retrotrayendo a los cultos precristianos, a un calendario dentro del contexto europeo, indoeuropeo y de la cuenca mediterránea. 

Un calendario que sabemos que existe desde al menos el neolítico y que se parte de  8 fiestas fundamentales, junto con las lunaciones (que terminarían siendo aquelarres) lo que llamamos la rueda del año o el ciclo litúrgico y que están, además, en consonancia con la gran mayoría de cultos paganos que existen en la actualidad.

Ofrenda al Dios Endovélico en su Santuario histórico. Alandroal (Portugal), 2016
V.O: ¿En qué consisten los aquelarres?

F.G: La primera mención de un aquelarre la tenemos en Estrabón, cuando habla de los pueblos celtíberos que los días de luna llena salían a festejar a las puertas de las casas y hacían grandes fiestas que duraban toda la noche hasta el amanecer.

Es una fiesta lunar, dentro de un calendario sol y lunar, de devoción y representación a las divinidades, en este caso a la luna y a la naturaleza, que siempre ha estado ahí, no es que sea una innovación dentro un ámbito de un grupo herético medieval.

Es cuando comienza la persecución cuando se prohíbe la celebración abierta y pagana de la festividad, se crea la marginación y empiezan los mitos o los estereotipos de este tipo de festividades que no dejan de ser más que celebraciones a la naturaleza.

V.O: Tengo la sensación que en la Wicca, a diferencia quizás de otras religiones que aprovechan la ignorancia de sus miembros para inculcar con fuerza sus ideales, realizáis un esfuerzo por fomentar la cultura y el estudio.

F.G: Claro, aquí estamos formándonos continuamente. De hecho nuestro culto es reconstruccionista y el estudio, la documentación y la información es constante, no podemos pararnos.

Por supuesto, siempre pedimos que la persona venga formada. Cuando llega cualquier persona interesada lo primero que le decimos siempre es: ¿Has investigado? ¿Has buscado? ¿Por qué has llegado hasta nosotros? ¿Con qué idea has llegado? ¿Has llegado hasta nosotros porque no había otro culto Wicca o porque este culto Wicca es el que tú sientes que te está llamando?

A partir de ahí todo es documentación y estudio. No consideramos que una persona sin formación pueda seguir nuestro culto de una manera natural, normal. El estar bien preparado para nosotros es importantísimo, es una de nuestras bases fundamentales.

V.O: Cuál es vuestra relación con las divinidades.

F.G: Somos politeístas, creemos en varios dioses, y tenemos un Dios padre y una Diosa madre que es triple, ya que es doncella, madre y anciana. Estamos hablando de una religión trifuncional.

Para nosotros la figura de una diosa madre es vital, porque es parte de nuestra tradición teológica y es parte de lo que entendemos nosotros de la vida. Lo mismo que un dios cornudo, un dios de la fertilidad, de la vida y de la muerte. En cierta manera se complementan.

Samain (1°.de Noviembre) en Pinto (Madrid), 2016
V.O: Se os compara erróneamente, quizás por el uso del pentagrama, con los cultos satánicos. ¿Qué opinas acerca de ello?

F.G: Es como todo, a ver, hay que comprenderlo. Lo mismo que no comprendemos lo que se hizo y tenemos todos nuestras reticencias y nuestro desprecio a lo que pasó, hay  que comprender que hoy en día la información llega a cuentagotas, a la gente no le llega o simplemente no está muy motivada a buscarla, y entonces se equivocan.

Mucha gente ignora que una de las primeras religiones que más ha mantenido el pentagrama en la historia ha sido la Iglesia católica y el cristianismo.
A parte de que está en muchas de sus iglesias y catedrales, era un símbolo que representaba (y representa) diferentes aspectos o atributos de la divinidad, pero desgraciadamente se pervierte, o se termina de pervertir, y pasa a engrosar lo que podrían ser los cultos satánicos.

Evidentemente nosotros no tenemos nada que ver con el satanismo, entre otras cosas porque es que no creemos. Nosotros no partimos de una teología cristiana, entonces, si yo no entiendo que la figura del diablo exista, por qué lo voy a adorar.

Sí adoramos a divinidades que la Iglesia demonizó, pero como demonizó a Mercurio, a Júpiter, a Zeus… El cristianismo cogió las divinidades con más referencia, las cornudas por ejemplo, que son las divinidades de la fertilidad y que han estado presentes en Europa desde el paleolítico, y las demoniza. Nuestro Dios cornudo no tiene nada que ver con el diablo bíblico. Es un San Benito, y nunca mejor dicho, que se nos ha colgado durante mucho tiempo, y que poco a poco se está empezando a ver que efectivamente no es así.

El cristianismo no sólo demoniza las divinidades o las fiestas, demoniza todo lo que no puede traer para sí.

V.O: Supongo que todo tendrá que ver con la ignorancia y la propia influencia impuesta por la religión católica.

F.G: ¡Claro!, muchas veces no es por desdén de la gente, sino por tradición. Es lo que les han enseñado desde pequeños. Si tú le empiezas a enseñar a una persona que la Navidad no es el Belén, el Niño Jesús y los tres Reyes Magos a la gente le cuesta cambiar de idea, porque tiene una atracción muy especial, una unión de cariño y de calidez hacia ese tipo de festividades y no entiende el cambio, no le parece bien, no le parece adecuado. Pero luego en cuanto comienzan a informarse y rasgan el velo del cristianismo se dan cuenta de que son fiestas precristianas que el cristianismo adapta.

Hay cosas muy curiosas, el mismo Papa Juan Pablo II con el 25 de diciembre, con el nacimiento de Cristo, reconoce públicamente que es una fecha que se puso ahí para hacerla coincidir con el nacimiento del sol, pagano.

Solsticio de Verano en Pinto (Madrid), 2016
V.O: Háblame del Libro de sombras, creo entender que es el libro que os representa a los wiccanos.

F.G: Sí, bueno, no tenemos una Biblia o libro sagrado que nos represente. Partimos de cultos celtíberos donde la escritura era tabú y no tenemos documentación más allá de la que, a partir de la edad media, unos monjes inspirados y con más o menos datos fueron adquiriendo  de las tradiciones o de las leyendas de los diferentes pueblos donde se ubicaron. Sí tenemos un libro que se suele llamar El libro de sombras que no deja de ser más de una recopilación de los cultos, repetido a los nuevos hermanos y hermanas para que no se pierdan esas experiencias y tradiciones.

Somos muy estrictos en el sentido de mantener las tradiciones y entendemos  que nuestra religión parte de principios fundamentales: la devoción, la tradición y la transmisión.

Esas tradiciones tienen que estar ahí, perpetuarse y tratar de que no se modifiquen, salvo lo que se tenga que actualizar. No significa que ahora tengamos que hacer sacrificios cruentos, antes se hacían, ahora no. Pero lo mismo que vemos en el desarrollo del Judeocristianismo que se hacían sacrificios y ahora no. En ese sentido y consideramos que con mucha razón, puesto que para nosotros la naturaleza y todos los eres vivos son algo sagrado los sacrificios no tienen sentido.

V.O: ¿Cualquier persona es capaz de hacer un hechizo?

F.G: Supongo que sí. Todos estamos cualificados para pensar, para entender, para visualizar y para visibilizar. Todos estamos preparados para hacerlo. La magia, o realmente lo que mal-llamamos magia, es una técnica para, a través de los recursos y de las energías de la naturaleza, conseguir un fin o un propósito.

Nosotros no nos centremos en lo mágico, en lo hechiceril. El Libro de sombras es un libro de culto no un grimorio o un recetario.

Realmente la magia está implícita en todas las religiones, no hay ninguna religión que no la tenga. Nosotros tenemos el tema de la hechicería muy a un lado, son recursos que evidentemente tienes que aprender, pero que no es motivo ni causa, lo nuestro es puramente religioso.

V.O: ¿Cómo es la relación de la Wicca con la naturaleza?

F.G: Nosotros somos parte de la naturaleza. La sacralidad de lo natural es algo explícito en toda nuestra religión. Tenemos una relación íntima con lo natural, con el respeto a la vida, a la naturaleza y al medioambiente, porque es parte de nosotros. 

Entendemos que no somos entes diferenciados, a diferencia de otras religiones, en este caso orientales como la Judeocristiana, que puden tener la idea de que la naturaleza es algo puesto a su servicio.
Comulgamos con ella en todos los sentidos: con los bosques, los ríos, las fuentes, las montañas, el aire, el sol, los planetas… con todo, todos somos parte de todos.

Dicen los científicos que somos polvo de estrellas… y realmente todos somos parte de todo. Si nos sentimos parte de la naturaleza quizás aprendamos a no hacernos daño.



Entrevista a Fernando González, por Verónica Otxandio


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