«La Wicca no es ninguna genialidad moderna, es seguir el proceso natural de la vida»
13:52:00
Cuando le pregunto qué era antes
de ser wiccano él me responde que “era un
niño”. Firme en sus convicciones desde tan joven que apenas recuerda otra
cosa (más allá de algún deje cristiano impuesto por la sociedad en la época del
colegio), él es Fernando González, encargado de que la Wicca de tradición
Celtíbera sea tratada como una religión oficial dentro del ámbito legal en España.
No son muchos, poco más de 200
miembros consagrados en nuestro país, pero tienen las ideas muy claras, sobre
todo porque el ritual de iniciación para ser wiccano es largo, estricto y con
una duración determinada: un año y un día. La convicción debe ser pura y real. Además,
una vez bien asentadas las bases del pensamiento wiccano, puede accederse a
diferentes rangos de sacerdocio: 6 años para ser sacerdote, 12 para sumo
sacerdote.
A diferencia de otras religiones,
la Wicca no busca atraer miembros, todo lo contrario, sólo creencias firmes y
mentes abiertas y predispuestas al aprendizaje continuo y a una base cultural
sólida.
González quiere dar mayor
visibilidad a su religión, relacionada erróneamente y por cuestiones de
ignorancia con la magia negra o el satanismo, y hacer ver que no se tratan de “nuevas invenciones” sino de creencias y
rituales paganos que ya estaban muy vivos antes, incluso, de la expansión del
cristianismo.
Fernando González, sumo sacerdote wiccano. |
Verónica Otxandio: ¿Qué eras antes de ser wiccano y cómo decide una
persona adentrarse dentro de la religión Wicca y formar la congregación en
España?
Fernando González: Antes de ser wiccano… era un niño. Me inicié en
la brujería tradicional ibérica cuando era muy joven y no tengo otra conciencia
religiosa, salvo los dejes cristianos que puedes aprender en la infancia por haber
estudiado en colegios de curas, católicos.
La Wicca es un camino largo, no
es un camino que se pueda recorrer en poquito tiempo. Si se lo toma uno en
serio tiene que durar por lo menos toda una vida o más.
Las circunstancias te las va
dando el tiempo. El tiempo te lleva a los contactos y personas adecuadas y a
partir de ahí te inicias. En mi caso, me inicié en un culto que marginal,
porque en aquel tiempo no estaba todavía legalizado y era marginal socialmente.
V.O: ¿Cuál es el perfil de los wiccanos en España?
F.G: No hay una profesión, una orientación o un sexo determinado.
Se suele decir que en general suelen ser más mujeres que hombres y no es así,
hay de todo. Lo que pasa es que durante mucho tiempo los hombres desconocían lo
que era la Wicca y entendían que era un culto que se ceñía más o exclusivamente
a las mujeres, pero cuando van descubriendo poco a poco que no es así, comienzan
a formar parte. De hecho, en nuestro culto, creo que si no estamos a la par,
quizás haya más hombres que mujeres.
Y por supuesto de profesiones variopintas: enfermeros, doctores, psicólogos, miembros de cuerpos de seguridad del estado… no hay una profesión concreta que defina a un wiccano.
Y por supuesto de profesiones variopintas: enfermeros, doctores, psicólogos, miembros de cuerpos de seguridad del estado… no hay una profesión concreta que defina a un wiccano.
V.O: ¿Cuántos sois en vuestra congregación?
F.G: Muy poquitos, muy poquitos. Que tengamos así una constancia,
unos 200. Estamos hablando de creyentes, iniciados, personas afines a nuestro
culto, ya dentro del culto o creyentes cercanos al culto.
No tenemos una cantidad de personas muy amplia porque es un hándicap que siempre vamos a tener. Y es que nosotros no hacemos proselitismo, nuestro culto no busca que entre más gente, al contrario. Solemos ser muy exigentes a la hora de aceptar un nuevo miembro y poner muchas trabas.
No tenemos una cantidad de personas muy amplia porque es un hándicap que siempre vamos a tener. Y es que nosotros no hacemos proselitismo, nuestro culto no busca que entre más gente, al contrario. Solemos ser muy exigentes a la hora de aceptar un nuevo miembro y poner muchas trabas.
V.O: ¿Existen grados dentro del culto Wicca?
F.G: Sí, evidentemente tenemos nuestras fases. Una vez que inicias
tienes que pasar un periodo determinado. Para iniciarte tienes que pasar un
mínimo estipulado en un ciclo, que sería un año y un día, que es lo que nosotros
estipulamos como un ciclo mínimo para que esta persona pueda iniciarse.
A partir de ahí si es iniciada
tendría un periodo donde podría seguir evolucionando hasta el sacerdocio, de 6
años, y si quiere pasar al siguiente grado que sería el sumo sacerdocio tendría
que estar otros 12 años. Una vez
terminado el proceso, y afortunadamente son un mínimo de 19 años, ya se podría
considerar un sumo sacerdote dentro de la tradición, que es el grado más alto
que tenemos.
Es muy amplio, en otras
tradiciones Wicca es mucho menor, pero nosotros siempre hemos considerado que
la experiencia, la responsabilidad que necesita un sacerdote exige unas
experiencias, un conocimiento que, claro, no se puede conseguir en poco tiempo.
V.O: ¿En qué consiste el rito de iniciación para ser wiccano?
F.G: El rito de iniciación es un culto hermético, mistérico e
iniciático, y por lo tanto tiene sus propios ritos y fórmulas de iniciación y
de paso a los siguientes grados, a través de unos rituales bien marcados que se
ciñen al carácter hermético y no transcienden a nivel público.
V.O: Háblame de las celebraciones, tengo entendido que celebráis 8
festividades.
F.G: Sí, las principales son 8, juntando con las lunaciones. Es un
calendario festivo, litúrgico, de muchísimos años de antigüedad. Nos estamos
retrotrayendo a los cultos precristianos, a un calendario dentro del contexto europeo,
indoeuropeo y de la cuenca mediterránea.
Un calendario que sabemos que existe desde al menos el neolítico y que se parte de 8 fiestas fundamentales, junto con las lunaciones (que terminarían siendo aquelarres) lo que llamamos la rueda del año o el ciclo litúrgico y que están, además, en consonancia con la gran mayoría de cultos paganos que existen en la actualidad.
Un calendario que sabemos que existe desde al menos el neolítico y que se parte de 8 fiestas fundamentales, junto con las lunaciones (que terminarían siendo aquelarres) lo que llamamos la rueda del año o el ciclo litúrgico y que están, además, en consonancia con la gran mayoría de cultos paganos que existen en la actualidad.
Ofrenda al Dios Endovélico en su Santuario histórico. Alandroal (Portugal), 2016 |
V.O: ¿En qué consisten los aquelarres?
F.G: La primera mención de un aquelarre la tenemos en Estrabón,
cuando habla de los pueblos celtíberos que los días de luna llena salían a
festejar a las puertas de las casas y hacían grandes fiestas que duraban toda
la noche hasta el amanecer.
Es una fiesta lunar, dentro de un
calendario sol y lunar, de devoción y representación a las divinidades, en este
caso a la luna y a la naturaleza, que siempre ha estado ahí, no es que sea una
innovación dentro un ámbito de un grupo herético medieval.
Es cuando comienza la persecución
cuando se prohíbe la celebración abierta y pagana de la festividad, se crea la
marginación y empiezan los mitos o los estereotipos de este tipo de
festividades que no dejan de ser más que celebraciones a la naturaleza.
V.O: Tengo la sensación que en la Wicca, a diferencia quizás de otras
religiones que aprovechan la ignorancia de sus miembros para inculcar con
fuerza sus ideales, realizáis un esfuerzo por fomentar la cultura y el estudio.
F.G: Claro, aquí estamos formándonos continuamente. De hecho
nuestro culto es reconstruccionista y el estudio, la documentación y la
información es constante, no podemos pararnos.
Por supuesto, siempre pedimos que
la persona venga formada. Cuando llega cualquier persona interesada lo primero
que le decimos siempre es: ¿Has investigado? ¿Has buscado? ¿Por qué has llegado
hasta nosotros? ¿Con qué idea has llegado? ¿Has llegado hasta nosotros porque
no había otro culto Wicca o porque este culto Wicca es el que tú sientes que te
está llamando?
A partir de ahí todo es
documentación y estudio. No consideramos que una persona sin formación pueda
seguir nuestro culto de una manera natural, normal. El estar bien preparado para
nosotros es importantísimo, es una de nuestras bases fundamentales.
V.O: Cuál es vuestra relación con las divinidades.
F.G: Somos politeístas, creemos en varios dioses, y tenemos un Dios
padre y una Diosa madre que es triple, ya que es doncella, madre y anciana.
Estamos hablando de una religión trifuncional.
Para nosotros la figura de una diosa
madre es vital, porque es parte de nuestra tradición teológica y es parte de lo
que entendemos nosotros de la vida. Lo mismo que un dios cornudo, un dios de la
fertilidad, de la vida y de la muerte. En cierta manera se complementan.
Samain (1°.de Noviembre) en Pinto (Madrid), 2016 |
V.O: Se os compara erróneamente, quizás por el uso del pentagrama, con
los cultos satánicos. ¿Qué opinas acerca de ello?
F.G: Es como todo, a ver, hay que comprenderlo. Lo mismo que no
comprendemos lo que se hizo y tenemos todos nuestras reticencias y nuestro
desprecio a lo que pasó, hay que
comprender que hoy en día la información llega a cuentagotas, a la gente no le
llega o simplemente no está muy motivada a buscarla, y entonces se equivocan.
Mucha gente ignora que una de las
primeras religiones que más ha mantenido el pentagrama en la historia ha sido
la Iglesia católica y el cristianismo.
A parte de que está en muchas de
sus iglesias y catedrales, era un símbolo que representaba (y representa) diferentes
aspectos o atributos de la divinidad, pero desgraciadamente se pervierte, o se
termina de pervertir, y pasa a engrosar lo que podrían ser los cultos
satánicos.
Evidentemente nosotros no tenemos
nada que ver con el satanismo, entre otras cosas porque es que no creemos.
Nosotros no partimos de una teología cristiana, entonces, si yo no entiendo que
la figura del diablo exista, por qué lo voy a adorar.
Sí adoramos a divinidades que la
Iglesia demonizó, pero como demonizó a Mercurio, a Júpiter, a Zeus… El
cristianismo cogió las divinidades con más referencia, las cornudas por
ejemplo, que son las divinidades de la fertilidad y que han estado presentes en
Europa desde el paleolítico, y las demoniza. Nuestro Dios cornudo no tiene nada
que ver con el diablo bíblico. Es un San Benito, y nunca mejor dicho, que se
nos ha colgado durante mucho tiempo, y que poco a poco se está empezando a ver
que efectivamente no es así.
El cristianismo no sólo demoniza
las divinidades o las fiestas, demoniza todo lo que no puede traer para sí.
V.O: Supongo que todo tendrá que ver con la ignorancia y la propia
influencia impuesta por la religión católica.
F.G: ¡Claro!, muchas veces no es por desdén de la gente, sino por
tradición. Es lo que les han enseñado desde pequeños. Si tú le empiezas a
enseñar a una persona que la Navidad no es el Belén, el Niño Jesús y los tres
Reyes Magos a la gente le cuesta cambiar de idea, porque tiene una atracción muy
especial, una unión de cariño y de calidez hacia ese tipo de festividades y no entiende
el cambio, no le parece bien, no le parece adecuado. Pero luego en cuanto comienzan
a informarse y rasgan el velo del cristianismo se dan cuenta de que son fiestas
precristianas que el cristianismo adapta.
Hay cosas muy curiosas, el mismo
Papa Juan Pablo II con el 25 de diciembre, con el nacimiento de Cristo, reconoce
públicamente que es una fecha que se puso ahí para hacerla coincidir con el
nacimiento del sol, pagano.
Solsticio de Verano en Pinto (Madrid), 2016 |
V.O: Háblame del Libro de sombras,
creo entender que es el libro que os representa a los wiccanos.
F.G: Sí, bueno, no tenemos una Biblia
o libro sagrado que nos represente. Partimos de cultos celtíberos donde la
escritura era tabú y no tenemos documentación más allá de la que, a partir de
la edad media, unos monjes inspirados y con más o menos datos fueron
adquiriendo de las tradiciones o de las
leyendas de los diferentes pueblos donde se ubicaron. Sí tenemos un libro que
se suele llamar El libro de sombras
que no deja de ser más de una recopilación de los cultos, repetido a los nuevos
hermanos y hermanas para que no se pierdan esas experiencias y tradiciones.
Somos muy estrictos en el sentido
de mantener las tradiciones y entendemos
que nuestra religión parte de principios fundamentales: la devoción, la
tradición y la transmisión.
Esas tradiciones tienen que estar
ahí, perpetuarse y tratar de que no se modifiquen, salvo lo que se tenga que
actualizar. No significa que ahora tengamos que hacer sacrificios cruentos,
antes se hacían, ahora no. Pero lo mismo que vemos en el desarrollo del Judeocristianismo
que se hacían sacrificios y ahora no. En ese sentido y consideramos que con
mucha razón, puesto que para nosotros la naturaleza y todos los eres vivos son
algo sagrado los sacrificios no tienen sentido.
V.O: ¿Cualquier persona es capaz de hacer un hechizo?
F.G: Supongo que sí. Todos estamos cualificados para pensar, para
entender, para visualizar y para visibilizar. Todos estamos preparados para
hacerlo. La magia, o realmente lo que mal-llamamos
magia, es una técnica para, a través de los recursos y de las energías de la
naturaleza, conseguir un fin o un propósito.
Nosotros no nos centremos en lo
mágico, en lo hechiceril. El Libro de sombras es un libro de culto no
un grimorio o un recetario.
Realmente la magia está implícita
en todas las religiones, no hay ninguna religión que no la tenga. Nosotros
tenemos el tema de la hechicería muy a un lado, son recursos que evidentemente
tienes que aprender, pero que no es motivo ni causa, lo nuestro es puramente
religioso.
V.O: ¿Cómo es la relación de la Wicca con la naturaleza?
F.G: Nosotros somos parte de la naturaleza. La sacralidad de lo
natural es algo explícito en toda nuestra religión. Tenemos una relación íntima
con lo natural, con el respeto a la vida, a la naturaleza y al medioambiente, porque
es parte de nosotros.
Entendemos que no somos entes diferenciados, a diferencia de otras religiones, en este caso orientales como la Judeocristiana, que puden tener la idea de que la naturaleza es algo puesto a su servicio.
Entendemos que no somos entes diferenciados, a diferencia de otras religiones, en este caso orientales como la Judeocristiana, que puden tener la idea de que la naturaleza es algo puesto a su servicio.
Comulgamos con ella en todos los
sentidos: con los bosques, los ríos, las fuentes, las montañas, el aire, el
sol, los planetas… con todo, todos somos parte de todos.
Dicen los científicos que somos
polvo de estrellas… y realmente todos somos parte de todo. Si nos sentimos
parte de la naturaleza quizás aprendamos a no hacernos daño.
Entrevista a Fernando González, por Verónica Otxandio
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